miércoles, 30 de noviembre de 2011

Desafíos que presentan la lectura y la escritura académicas: del papel al entorno digital.


Cecilia Vignolo.

“No inicies proyectos grandes
con  ideas pequeñas” [i]


Es este un pequeño proyecto, pero aún así ha de tener una idea grande que no encuentro. Escribir,  “(…) tomar la voz es la primera petición de este comienzo, de todo comenzar, de superar la incómoda imposición que proferir una palabra ofrece (…). “[ii] Y el desafío de superar mi miedo como Inmigrante Digital, (Marc Prensky, 2008) al incorporar los contenidos y los métodos, más allá de la biblioteca tangible y cómoda de mi estudio, en la que “Barthes interpreta la escritura como una forma idealmente compleja de la conciencia, una forma de ser al mismo tiempo pasivo y activo, social y asocial, de estar presente y ausente de la propia vida.“ [iii]. Pero la escritura académica requiere además de un método un significado y  Este significado no emerge espontáneamente en la mente del autor, sino que es una construcción consciente y medida, hecha con tiempo y paciencia.[iv] Y no tengo ni lo uno ni lo otro.. Tengo una urgencia, en la realidad plena de emergentes que reclaman un análisis al menos crítico y propositivo, desde el campo de la producción de conocimiento, sentido y arte. “La primera tarea del crítico consiste en reconstruir el juego complejo de los problemas que enfrenta una época particular y examinar sus diferentes respuestas. [v]

Algunos quieren un texto (un arte, una pintura) sin sombra separado de la “ideología dominante”, pero es querer un texto sin fecundidad, sin productividad, un texto estéril (…). El texto tiene necesidad de su sombra: esta sombra es un poco de ideología, un poco de representación, un poco de sujeto; espectros, trazos, rastros, nubes necesarias: la subversión debe producir su propio claroscuro. [vi]

Ya estaba sentada la denuncia en el siglo XV, Leonardo da Vinci nos explica este problema de la responsabilidad del artista en relación a la producción de texto en torno a la obra:

Al no tener los escritores noticia alguna de la ciencia pictórica, no pudieron describir sus grados y sus partes. (…). Y no se debe culpar a la pintura si los pintores no han escrito acerca de ella y no la han reducido a ciencia, porque no resulta menos noble por ello, aunque algunos pocos artistas hagan de hombres letras, pues sus vidas no les alcanzarán para comprenderla. ¿Acaso afirmaríamos que no hay virtudes en las piedras y en las plantas, solo porque estas hayan sido ignoradas por los hombres? Por cierto que no. Al revés diremos que tales piedras y plantas tienen su nobleza en sí mismas, sin necesitad de las palabras de los hombres. [vii]

Cinco siglos más tarde el artista Marcel Duchamp escribe en sus notas una simple sugerencia en relación a la escritura:

claridad, es decir, elección de palabras cuyo sentido no preste a equívoco (…) Dar al texto el aspecto de una demostración enlazando / las decisiones tomadas por medio de fórmulas convencionales de /razonamiento inductivo en algunos casos, deductivo en otros. [viii]

De este modo la paciencia reflexiva, siempre de espaldas a sí misma, y la ficción que se anula en el vacío en que desata sus formas, se entrecruzan para formar un discurso que se presenta sin conclusión y sin imagen, sin verdad ni teatro, sin argumento, sin máscara, sin afirmación, independiente de todo centro, exento de patria y que constituye su propio espacio como el afuera hacia el que habla y fuera del que habla. Como palabra del afuera, acogiendo en sus palabras el afuera al que se dirige, este discurso se abrirá como un comentario: repetición de aquello que murmura incesantemente. Pero como palabra que sigue permaneciendo en el afuera de aquello que dice, este discurso será una etapa necesaria hacia aquello cuya luz, infinitamente tenue, no ha recibido nunca lenguaje.[ix]

En relación a la adquisición de las herramientas resolutivas que permitan adaptar el texto académico a las dimensiones (más allá de las formas), lejos de ser un recurso, es para el escritor novato una limitación sin fácil solución:

En cuanto a la economía del relato y al relato de la economía, hemos vislumbrado la razón por la cual el don, si lo hay, requiere a la vez que excluye la posibilidad del relato. El don es a condición del relato, pero simultáneamente a condición de la posibilidad y de la imposibilidad del relato.[x]

Esta imposibilidad del relato contemporáneo, ante la inmensa cantidad de información disponible en la red, hace más difícil el trabajo de síntesis, así como el de análisis. Ante la falta de tiempo termino eligiendo empolvarme las manos entre libros viejos y reveladores, ante el miedo a que no den los plazos, el miedo a perderme y a no entregar siquiera un intento de solución al problema. Y es entre estos libros empolvados que encuentro un texto de una vigencia asombrosa:

“También la actitud displiciente o irreverente, pero siempre negativa, ante las vigencias de un Uruguay senil y desesperadamente maquillado; también la caducidad de todas las estructuras político-sociales fundadas sobre las pautas del racionalismo individualista; (…).”[xi]

Queda mi mirada hacia una realidad que se esboza en un par de carillas y que ha de requerir más tiempo, evidentemente, del que he dedicado a el presente trabajo, que si bien se basa en más de 20 años dentro y fuera de la Universidad de la República, no diluye mi impavidez ante un tema del que sigo sin tener idea.

Bibliografía

Prensky, Marc (2008), Nativos e Inmigrantes digitales, http://www.nobosti.com/spip.php?article44 recuperado el 12 de noviembre 2011.

Barthes, Roland (1998) EL PLACER DEL TEXTO, Siglo XXI, España.

Bourriaud, Nicolas (2006) ESTÉTICA RELACIONAL, Adriana Hidalgo, Argentina.

Cassany, Daniel (2006) DESCRIBIR EL ESCRIBIR, Paidós Comunicación, Argentina.

Criado, Nacho (1998) PALABRAS VACÍAS, EL NUEVO ESPECTADOR, Fundación Argentaria, España.

Da Vinci, Leonardo ( 2004) TRATADO DE LA PINTURA, Andrómeda, Argentina.

Derrida, Jacques (1995) DAR (EL) TIEMPO I. La moneda falsa, Paidós, Barcelona.

Duchamp, Marcel (1989) NOTAS, Tecnos, España.  1989

Foucault, Michel (2004) EL PENSAMIENTO DEL AFUERA, Pre-textos, España.

Real de Azúa, Cartlos ANTOLOGÍA DEL ENSAYO URUGUAYO CONTEMPORÁNEO, TOMO II, Publicaciones de la Universidad de la Reública, Uruguay.

Sontang, Susan (2007) CUESTIÓN DE ÉNFASIS, Alfaguara, Argentina.




[ii] Nacho Criado, PALABRAS VACÍAS, EL NUEVO ESPECTADOR, Fundación Argentaria, España 1998, página 97.
[iii] Susan Sontang, CUESTIÓN DE ÉNFASIS, Alfaguara, Argentina 2007, página 90.
[iv] Daniel Cassany, DESCRIBIR EL ESCRIBIR, Paidós Comunicación, Argentina 2006, página 131.
[v] Nicolas Bourriaud, ESTÉTICA RELACIONAL, Adriana Hidalgo E ditora, Buenos Aires 2006, página 5.
[vi] Roland Barthes, EL PLACER DEL TEXTO, Siglo XXI, España 1998,  página 52.
[vii] Leonardo da Vinci, TRATADO DE LA PINTURA, Andrómeda, Argentina 2004, página 17.
[viii] Marcel Duchamp, NOTAS, Tecnos, Impreso en España 1989, páginas 53 y 54.
[ix] Michel Foucault, EL PENSAMIENTO DEL AFUERA, Pre-textos, España, 2004, página 29.
[x] Jacques Derrida, DAR (EL) TIEMPO I. La moneda falsa, Paidós, Barcelona, 1995, Página 104.
[xi]Referencia a la obra publicada de Luis H. Vignolo,  Carlos Real de Azúa, ANTOLOGÍA DEL ENSAYO URUGUAYO CONTEMPORÁNEO, TOMO II, haciendo referencia a la obra de Luis H. Vignolo, Publicaciones de la Universidad de la Reública,  página 621.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Juanito Conte - Cuestión de tiempo

Cuestión de tiempo



“En el escondrijo de lo siniestro se oculta,

viva,

la belleza.”

Enrique Pichon-Riviere

sobre Lautremont[1]

Resumen

La obra de Juanito Conte es el rastro de una acción. Sus pinturas empiezan en un rayón gestual, en torno al que se organizan las formas, en una estructura de fuerte tensión dramática. “Las formas se desarrollan unas a partir de otras. (Debord, 1967).

En el proceso de construcción de la obra Juanito acepta lo que aparece, pero para desconfiar, y eliminarlo[2], sobreescribiéndolo (sobre pintando) una y otra vez hasta lograr una obra palimpséstica. En la pintura de Juanito, como en arqueología, se presenta una mezcla de estratos, que impide saber cuál es el superior y cuál el inferior. Mientras el proceso dura, la obra está viva. La obra a la que accedemos, terminada, es la suma de muchas posibles obras muertas. Podemos sentir que (...) la forma de una obra de arte nace de una negociación con lo inteligible (Bourriaud, 2006).

La energía, el movimiento y la velocidad presentes en su obra podrían vincularlo con el informalismo, aunque en forma de vibración, dramaturgia y ritmo, con notas y fraseos propios de estas tierras (Longa, Duarte). Su estructura equilibrada lo aleja tanto del art brut como su lucidez, aunque una visión inocente podría emparentarlo de manera equívoca. Por el manejo del color podría ser fauvista. Si vemos la obra “Lettre à mon fils“ de 1956-57[3] del integrante del grupo CoBrA Asger Jorn, podemos encontrar como a posibles predecesores a la Transvanguardia y a la abstracción. A todo esto se le suma, por su experiencia de vida, el SAMO y el neoexpresionismo.

Esta podría ser una huella de la acción enérgica de un tiempo que todavía no vimos. Nos queda la esperanza de poder vislumbrar desde la obra nuestro rostro impávido de siglo XXI.

Cecilia Vignolo




Cuestión de tiempo

“En el escondrijo de lo siniestro se oculta,

viva,

la belleza.”

Enrique Pichon-Riviere

sobre Lautremont[4]

La producción pictórica de Juanito Conte es familiar de lo performático, de manera natural y no reconocida. Su obra es una forma de registro de varios tiempos en una matriz de color y movimiento entramados, que interpelan al observador desde un territorio maravilloso, con ciertas sombras[5].

El proceso empieza gestual, en un rayón. Lo que podemos ver es el rastro final del intento de aprehender algo visto en esas primeras líneas, rayones, en torno a las que se organiza de manera funcional y coherente el caos, dentro de una estructura de fuerte tensión dramática.

(...)Tratar de captar linealmente, llegar a una explicación mediante pasos o situaciones o experiencias de la vida de Juanito que expliquen el momento en que da su última pincelada, es imposible, ya que una de las características que tiene Juanito es que es impredecible en cuanto a materializar una idea previa en una obra. (...) Tengo la certeza quizás, debido a que estoy felizmente contaminado por el Juanito amigo, de que la obra estaba antes que él. Que hubo algo que lo transformó y lo hizo artista y que cada obra lo hace a Juanito. También a nosotros. (...).” [6]

La forma se encuentra en el escondrijo de este recorrido inmaginario por el territorio que establece la línea en el plano. Al decir de Bourriaud:

No existen formas en la naturaleza, en estado salvaje, ya que es nuestra mirada la que las crea, recortándolas en el espesor de lo visible. Las formas se desarrollan unas a partir de otras. (...) En las novelas de Witold Gombrowicz se ve cómo cada individuo genera sus propias formas a trevés de su comportamiento, su manera de presentarse y de dirigirse a los demás. (...) El individuo, cuando cree estar mirándose objetivamente, sólo está mirando el resultado de perpetuas transacciones con la subjetividad de los demás. Para algunos, la forma artística escaparía a esta fatalidad por estar mediatizada por una obra. Nuestra convicción, por el contrario, es que la forma toma consistencia, y adquiere una existencia real, sólo cuando pone en juego las interacciones humanas; la forma de una obra de arte nace de una negociación con lo inteligible. A través de ella, el artista entabla un diálogo. La esencia de la practica artística residiría así en la invención de las relaciones entre sujetos; cada obra de arte en particular sería la propuesta para habitar un mundo en común y el trabajo de cada artista, un haz de relaciones con el mundo, que generaría a su vez otras relaciones, y así sucesivamente hasta el infinito. (…) Es por el efecto de esta intervención de relaciones que la forma se transforma en “rostro”, como decía Daney”. [7] Dice también Daney” "De ahí el aburrimiento, ni siquiera "distinguido", que me producen las bellas imágenes ”.[8]

De esto Juanito se salva, con una profundidad de campo que atrapa, sostiene y como un brujo, retiene la atención y no la devuelve.

Juanito invierte en la pintura el paradigma que Debord plantea:

El espectáculo se presenta como una enorme positividad indiscutible e inaccesible. No dice más que "lo que aparece es bueno, lo que es bueno aparece". La actitud que exige por principio es esta aceptación pasiva que ya ha obtenido de hecho por su forma de aparecer sin réplica, por su monopolio de la apariencia”. [9]

En el proceso de construcción de la obra Juanito acepta lo que aparece, pero para desconfiar, y eliminarlo[10], sobreescribiéndolo (sobre pintando) una y otra vez hasta lograr una obra palimpséstica. En la pintura de Juanito, como en arqueología, se presenta una mezcla de estratos, que impide saber cuál es el superior y cuál el inferior.

Mientras el proceso dura, la obra está viva. La obra a la que accedemos, terminada, es la suma de muchas posibles obras muertas. Obras de las que queda quizás sólo un contorno de lo que era un plano pleno, sólo un resplandor para una forma definitiva, antes del empaste matérico, que no llega a bodoque.

Genealogía improbable

La energía, el movimiento y la velocidad visiblemente presentes en su obra podrían vincularlo con el informalismo, aunque en forma de vibración, dramaturgia y ritmo, con notas y fraseos propios de estas tierras (Longa, Duarte). Su estructura equilibrada lo aleja tanto del art brut como su lucidez, aunque una visión inocente podría emparentarlo de manera equívoca.

Por el manejo del color podría ser fauvista, como podría haber sido el fauvismo 50 años después. Si vemos la obra “Lettre à mon fils“ de 1956-57[11] del integrante del grupo CoBrA Asger Jorn, podemos encontrar como a posibles predecesores a la Transvanguardia y la abstracción. Todo esto desdicho por la experiencia errante de Juanito desde la periférica capital salteña a su vida de artista en la metrópolis bonaerense y otras ciudades americanas, así como el oficio serigráfico y la producción sobre soportes diversos y la producción de remeras lo emparenta aún más con SAMO y el neoexpresionismo, porque

“...La fuerza, el lirismo, la melancolía, la violencia, la gracia lúdica, el desenfado cromático, las fusiones imprevisibles están allí, como testimonios que siempre comunican la sensación de fermentalidad inconclusa. (...) Lo que en Twombly es levedad y refinamiento en Basquiat se vuelve gestualidad exasperada, cartografías de una afectividad en perpetuo e inconforme desconcierto.[12]

Ahora Juanito concluye una obra sólida, para. Para para hacer una nueva. Para tomar el aire de otro blanco, conquistándolo.

Cy estuvo aquí (Cy was here)[13]. El espacio blanco habitado, habilitado. Por su densidad y solidez matérica, sin liquideces, así como la presencia de ciertas figuraciones, no tiene puntos evidentes de contacto con la pintura de acción, más allá de que podría compartir el origen surrealista, ya que en el comienzo, la de Juanito es una creación automática. Esta acción es diferente, por ser una pintura lenta, vertical, en donde la gravedad no es una fuerza poderosa para componer, sino la sola energía del artista, su brazada y pincelada.

Este es el intento de acercarme a la experiencia estética que Juanito nos propone, rastro de un artista que produce personajes sinvergüenzas, habitantes de un espacio - paisaje para recorrer "Despacio. Al fin y al cabo tenemos toda la vida por delante." [14] Esta podría ser una huella de la acción enérgica de un tiempo que todavía no vimos. Nos queda la esperanza de poder vislumbrar desde la obra nuestro rostro impávido de siglo XXI.

Cecilia Vignolo, Montevideo, octubre de 2011.


[1]Vicente Zito Lema, Conversaciones con Enrique Pichon-Riviere sobre el arte y la locura, Buenos Aires 1996, página 45, LAUTREMONT. LO SINIESTRO.

-Parto de distinguir entre la belleza, lo bello, y la técnica de lo bello. La técnica de lo bello sería el escamotear lo siniestro de cualquier tema. Entonces todo aparece como más fácil, liviano, sutil. Lo bello, a su ves, puede ser definido como lo hizo Isidoro Duccase: “Bello como el encuentro fortuito sobre una mesa de disección de una máquina de coser y un paraguas”.

-La belleza, tal como usted la concibe, puede también encontrarse en lo siniestro?

-Allí, en lo siniestro, se encuentra la contra-belleza. Es decir, la cubierta de lo siniestro se transforma en maravilloso, pero subyace lo siniestro. En el escondrijo de lo siniestro se oculta, viva, la belleza.“

[2]“Mi trabajo tiene esa debilidad de auto-eliminación” dice Juanito, en correspondencia con Cecilia Vignolo, setiembre 2011..

[3]http://www.kalipedia.com/fotos/asger-jorn-carta-hijo.html?x=20070718klparthis_747.Ies

[4]Vicente Zito Lema, Conversaciones con Enrique Pichon-Riviere sobre el arte y la locura, Buenos Aires 1996, página 45, LAUTREMONT. LO SINIESTRO.

-Parto de distinguir entre la belleza, lo bello, y la técnica de lo bello. La técnica de lo bello sería el escamotear lo siniestro de cualquier tema. Entonces todo aparece como más fácil, liviano, sutil. Lo bello, a su ves, puede ser definido como lo hizo Isidoro Duccase: “Bello como el encuentro fortuito sobre una mesa de disección de una máquina de coser y un paraguas”.

-La belleza, tal como usted la concibe, puede también encontrarse en lo siniestro?

-Allí, en lo siniestro, se encuentra la contra-belleza. Es decir, la cubierta de lo siniestro se transforma en maravilloso, pero subyace lo siniestro. En el escondrijo de lo siniestro se oculta, viva, la belleza.“

[5] Roland Barthes, El Placer del Texto, México 1998, p. 52.

“Algunos quieren un texto (un arte, una pintura) sin sombras separado de la “ideología dominante”, pero es querer un texto sin fecundidad, sin productividad, un texto estéril (ved el mito de la Mujer sin Sombra). El texto tiene necesidad de su sombra: esta sombra es un poco de ideología, un poco de representación, un poco de sujeto: espectros, rastros, nubes necesarias: la subversión debe producir su propio claroscuro.”

[6]Correspondencia de Carlos Magnone con Cecilia Vignolo, 12 de junio 2011.

[7]Nicolás Bourriaud, Estética relacional, Buenos Aires 2006, página 23.

[8]http://elprincipeylaballena.blogspot.com/2009/05/el-travelling-de-kapo-serge-daney.html

[9]La sociedad del espectáculo, Guy Debord, 1967, recuperado de http://www.sindominio.net/ash/espect1.htm

[10]“Mi trabajo tiene esa debilidad de auto-eliminación” dice Juanito, en correspondencia con Cecilia Vignolo.

[11]http://www.kalipedia.com/fotos/asger-jorn-carta-hijo.html?x=20070718klparthis_747.Ies

[12]http://es.wikipedia.org/wiki/Jean-Michel_Basquiat

[13] Homenaje al recientemente fallecido Cy Twombly http://www.cytwombly.info/index.html.

[14]Juan Rulfo, El llano en llamas, cita tomada de http://es.wikiquote.org/wiki/El_llano_en_llamas